Narrada en forma atemporal, la novela de Atwood muestra una sociedad estadounidense bajo la rígidas normas del patriarcado dictatorial, donde resurge su vena esclavista y misogina, que convierte a las mujeres en objetos de uso de los hombres poderosos. Las esposas como cuidadoras, las criadas como encubadoras y el resto de las mujeres como servidumbre. En esta realidad ninguna mujer, ni siquiera las esposas, tiene el derecho de elección; su vida está marcada por los dictados normativos que conducen los hombres, en cuanto únicos poseedores del conocimiento y la palabra. Pero, entre el propio género masculino existen clasificaciones y solo aquellos que detentan el puesto de comandante, son titulares plenos de derechos. Un interesante drama distópico, que muestra la pérdida de derechos a partir de la concesión de libertades en nombre de la seguridad. Reflexivo y emocionante, que te permite enfatizar que, a las mujeres nunca nos dieron nada y cada vez que conseguimos reconocimiento, viene una lucha para desposeernos de todo.
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